LA PROMOCIÓN CENTENARIO MG 1989 Y SU MÍTICO EQUIPO DE BASKET

(Con mi saludo a los grauinos, comparto este artículo que escribí para el Diario Chaski, en la víspera del reencuentro del año 2014)

“Nosotros le ganaremos al Ciencias en el Cusco”, repetía Héctor Mantilla antes de viajar a la ciudad imperial en aquel inolvidable 1989. Era una afirmación atrevida, porque si bien el Colegio Miguel Grau había tenido selecciones de basket de nivel, que casi siempre ganaban en Apurímac en partidos de infarto contra Andahuaylas, de la etapa regional se volvía siempre con la misma frase: “Le ganamos a Madre de Dios y a Puno y perdimos contra el Ciencias del Cusco”.

Años antes, había intentado convencer al personaje en mención –mi amigo de infancia- de asistir a la final de basket de la Liga de Abancay que jugarían el Ketal y La Salle. Héctor me respondió con una frase contundente: “No me gusta el basket”. Y yo me había quedado con ese recuerdo, porque mi amigo se caracterizaba por ser travieso, gracioso y dicharachero. Tenía afición por el ciclismo, pero no era –ni por asomo- aficionado al basket.

Sin embargo, la Promoción Centenario anunciaba desde 1986, estando en segundo de secundaria, a una generación de basket que daría que hablar, la mayoría de ellos estaban en la sección “A”. En el famoso “intersecciones” que supervisaba el profesor Américo Calderón, la final fue entre la “A” y la “D”, yo estaba en esta última sección y si bien en fútbol era suplente, en basket tenía el privilegio de liderar el equipo, y con Marco Montesinos, Vicente Ballón, Juan Carlos Villafuerte y el chuño Batallanos armamos un equipo que finalmente le ganó a la “A”. Ya era notorio, que de esta última sección saldría la columna vertebral de la selección. Recuerdo con claridad quienes jugaban en segundo año: Toño Velazco, Jesús Chávez, Giovanni Valer, Mario Valenzuela y el chivito Lucho Acosta. De hecho, en los siguientes años, la “A” nunca más volvió a perder en basket.

En 1987, estando en tercero de secundaria, nos habían convocado a la selección de basket del Colegio a Toño Velazco y a mí. De hecho, uno de mis sueños era jugar en la selección del Grau también los dos años siguientes, pero, mi familia tuvo que salir de Abancay y me quedó la frustración. Yo era parte de ese equipo y me queda sólo el recuerdo de haber jugado con quienes en 1989, serían protagonistas nacionales del basket escolar.

El año de la gloria el Colegio Grau cumplía cien años y el equipo de basket, casi en su totalidad estaba formado por la Promoción Centenario. Un año antes, en 1988, Toño Velazco, quien luego destacaría como armador del equipo, ya era titular de la selección. Completaban el equipo de aquel año previo: Karim Sheja, Armando Torres, Miguel el gato Yupanqui y Ciro Warthon.

Hay muchas historias que rodean a la selección de basket de 1989. Como todo equipo que logra una hazaña, tiene hasta “leyendas” que se repiten hasta hoy. El profesor Pepe Vivanco, había logrado cohesionar al grupo. Pepe había pertenecido al gran equipo escolar de 1982 y entrenados por el profesor Calderón el Grau había formado un equipo espectacular donde brillaron, además de Vivanco, José el pato Ballón, el paclo Quintana, Ronald Gamarra y Edwin Valer. Pero, ese equipo no le ganó al Ciencias del Cusco. Cuentan que en un entrenamiento del equipo de la Promoción Centenario, Pepe Vivanco había montado en cólera con el pivot del equipo. Mirando alrededor, vio a Héctor Mantilla, quien como ya mencionamos, no era siquiera aficionado al basket, pero tenía las condiciones físicas y la talla para ser pivot. En ese momento apareció quien luego sería una de las estrellas de la selección. Pepe había “inventado” un nuevo jugador y con paciencia y perseverancia, semanas después y ante la sorpresa de muchos, el loco Mantilla apareció en la lista titular del equipo.

Después de campeonar en Apurímac, el Grau viajó al Cusco a intentar la hazaña. El equipo titular estaba conformado por Toño Velazco, Giovanni Valer, Héctor Mantilla, Mario Valenzuela y el hermano menor de Toño, Xavier vichu Velazco. Completaban la lista: Nilton Monzón, Juan Carlos Muñiz, Augudberto Montufar, Luis Ascarza y Jorge el viejo Vargas. La lista de viajeros estaba completada por quien, dentro de la leyenda, pareció ser la cábala del equipo: Walter el abuelo Orihuela.

En el mismísimo Cusco y en segundos finales dramáticos, el Grau le ganó al Ciencias 81 a 80. Todo el primer tiempo fue para el Ciencias, que siempre estuvo arriba en el marcador. En un segundo tiempo inolvidable, con el vichu Velazco infalible y el loco Mantilla –sí, el jugador inventado- haciendo el partido de su vida, el Grau volteó el marcador y venció al equipo invencible.

Ese fue el equipo y la hazaña de la Promoción Centenario que este año celebra sus Bodas de Plata. A veces, cuando me preguntan si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo y terminar el colegio en Abancay, pienso en que me hubiera gustado ser, hasta el final, parte de ese equipo. Pero la gloria y la leyenda, estaban reservadas para ellos. Y el tiempo, que vuelve a unir a los amigos en el recuerdo de aquellos días inolvidables, nos encuentra ahora a pocos días del reencuentro, después de 25 años, evocando al gran equipo del cual ahora puedo escribir y sentirme de esta manera, parte de esa historia que no completé. Nos vemos en octubre, para escuchar al gran loco Mantilla decir: “Nosotros le ganamos al Ciencias en el Cusco”.

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